En el contexto organizacional es claro que
no se puede mejorar lo que no se mide. Y para mejorar es necesario
precisar -el qué es lo que se quiere mejorar-. A nivel personal es
igualmente importante ver
qué es eso que se quiere mejorar, pues los cambios solo se puede realizar en aquello que se reconoce.
Para ver hay que expandir la capacidad de observar, lo cual permite:
- Ver cómo se dirige la energía de pensamientos, emociones, intenciones y acciones.
- Ver que ellos afectan el cuerpo, la salud, las relaciones, los proyectos y toda la realidad.
- Ver que lo que se siente no viene de los acontecimientos en si mismos, si no de la manera como se perciben.
- Ver que lo que limita son los propios pensamientos.
- Ver que el exterior es siempre un reflejo del interior.
- Ver que si se cambian las creencias, los pensamientos y las emociones, cambia así mismo las actuaciones y la realidad.
- Hacer elecciones consciente sobre qué y cómo se quiere experimentar la vida aquí y ahora.
- Acoger la incertidumbre y conectar con la sabiduría interior.
Si ves lo que quieres mejorar puedes elegir hacer los cambios que encuentres necesario para transformar tu vida y alcanzar mayores logros.
Te animo a vivir siendo un observador consciente de lo que comes, de cómo respiras, de lo que
piensas, de lo que sientes, de lo que actúas, de lo que generas en ti y en otros.
También te invito a observar el no ser consciente, esto es en sí
mismo un gran paso.
Cada momento es una oportunidad para observar, descubrir y elegir de nuevo.
María Victoria







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