Aprendimos a concebir el
perdón como un acto de bondad de nuestra parte por lo malo que otro nos
hizo.
Sin embargo muchas
enseñanzas espirituales nos indican que el mundo
de afuera es solo un reflejo de nuestro estado mental interno, y si aceptamos que esto es
así, entonces perdonar más que un acto de bondad, es liberar lo que uno se ha
hecho así mismo.
En otras palabras, perdonar
sería liberar los pensamientos y las creencias limitantes que tenemos frente a los
otros, frente a las circunstancias y frente a nosotros, reconociendo que esos pensamientos y
creencias nos han generado resentimiento, miedo, culpa, juicio, crítica, y además
han limitado y saboteado nuestra vida.
Personalmente practico
este tipo de perdón, y vivo mi vida con gozo, de manera fácil y en gracia. De
corazón te animo a experimentar esta manera de perdonar.
Mis mejores deseos,
María Victoria
Sígueme en Facebook







0 comentarios:
Publicar un comentario