‘En todo proceso de cambiar es esencial entender que no vemos las cosas como son sino como somos, que cada observador cambia lo observado y que conforme cambiamos nuestras creencias transformamos nuestra vida y nuestro mundo’.




lunes, 22 de agosto de 2016

¿Desde qué nivel percibes?



Diferentes enfoques espirituales enseñan que los seres humanos tenemos varios niveles de percepción, me voy a referir particularmente a dos, el nivel de percepción de la mente/ego, y el nivel de percepción del alma.

La percepción desde la mente/ego es limitada a los cinco sentido, y valida como real solo lo que es tangible y sólido. Desde este nivel se piensa que todo está bien, si las cosas suceden según lo esperado. Por el contrario, si suceden cosas no esperadas, se piensa que algo está mal. Desde este nivel se percibimos bajo el lema “lo que no está a mí a favor, está en mi contra”, se actuamos "ojo por ojo, diente por diente"  y la pregunta que nos hacemos es ¿por qué me pasa esto a mí?

Cuando una persona percibe que algo está en su contra, de manera natural se activa su mecanismo de defensa, y comienza a luchar, a defenderse, a resistirse, a trata de escapar, y/o a pretende negar lo que esta sucediendo. Desde este nivel de percepción nos mantenemos en permanente lucha y confrontación con nosotros mismo, los otros y las circunstancias.

La percepción desde el nivel del alma representa la percepción espiritual, que permite ver tanto el panorama global, como el detalle; nos conecta con nuestra sabiduría mayor, inspiración o intuición. Desde este nivel sabemos que estamos en unidad con el entorno, los demás e incluso con las cosas; comprendemos que todo -incluso lo que en apariencia no está a nuestro favor- existe para el más alto bien, y como así lo creemos, así se nos revela. 

Cuando se percibe desde éste nivel del alma, la pregunta de ¿por qué me pasa esto a mí?, es remplazada por preguntas como ¿Para qué está esto en mi vida? ¿A qué me invita esta situación? ¿Qué descubro de mí, o qué tengo que soltar gracia a esta circunstanciaEstás preguntas en lugar de inmovilizarnos en un razonamiento sin fin, nos mueven al auto descubrimiento y a la expansión, elevan nuestra percepción, amplían nuestra visión y nos permiten ver un panorama más amplio.

Cuando se percibe desde el nivel del alma nos movemos de la limitación en forma de miedo, depresión, rabia, etc., a la apertura, a la libertad, al amor y a renovadas experiencias, todo gracias a las nuevas comprensiones.

Con esta distinción, de ahora en adelante cuando estés frente a algo que te perturba te invito a observar desde qué nivel en ti lo estás percibiendo, luego disponte a verlo de manera diferente respondiendo al segundo grupo de preguntas. Notarás que empiezas a ver y a comprender cosas que ante no estaban a tu disposición.

Haz el experimento y hazlo simple, todo lo que tienes que hacer es bajar a tu corazón y con una intención pura, elegir conscientemente ver desde el nivel del alma.

Las respuestas vendrán directamente por inspiración, a través  de la charla con un amigo, gracias una lectura, por el comentario de alguien, etcétera. Tu alma tiene infinitas maneras de comunicarse contigo, espera señales y respuestas, ellas vendrán.




¿Has escuchado el cuento del viejo indio que estaba hablando con su nieto?

Te lo relato…

Un día un viejo indio estaba hablando con su nieto al calor y a la luz de la hoguera.
El chico preguntó:
- Abuelo, abuelo, ¿qué es lo que sucede dentro de mí? Unas veces deseo ser bueno y otras no.
- Hijo, le dijo el abuelo, dentro de ti luchan dos lobos vigorosos. Uno de ellos siempre está malhumorado. Es malo, violento, vengativo y cruel. El otro siempre está de buen humor y está lleno de bondad, de compasión y de amor.
- Abuelo, ¿cuál de ellos ganará?, preguntó el nieto.
El abuelo se quedó pensativo unos segundos y contestó:
- El que tú alimentes.

Al igual que lo indica el abuelo indio en este cuento, el nivel de percepción que prevalezca en ti será aquel que alimentes, pues ambos están en ti.

Mis mejores deseos,

María Victoria 
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