La vida es un contante fluir de contrastes …unas veces reímos y
estamos felices, otras veces lloramos y estamos tristes; a veces las cosas
salen como esperamos, otras no.
Lo cierto es que en cualquier momento cualquier cosa puede pasar. Y abrirnos a esta certeza es abrazar y aceptar lo que es como es en lugar de resistirnos a ello. Lo desconocido, los cambios, las fluctuaciones, los altibajos y lo inesperado, forman parte de la vida. Los contrastes nos ayudan a saber lo que queremos.
Es nuestra manera de percibir la que determina lo percibido, en otras palabras, según como miramos algo, así es. Si consideramos que alguien nos ha dañado, nos vemos como víctima. Si creemos que somos malos, nos vemos como tal. Si nos vemos como un co-creador y un co-participe de nuestras experiencias, eso es lo que somos. Si percibimos cada acontecimiento de nuestra vida como un regalo, veremos bendiciones. Si por el contrario consideramos los acontecimientos como tragedias, estaremos invadidos por el dolor y la tristeza.
Estar dispuestos a integrar todo lo que nos sucede incluyendo lo no esperado es volverlo a favor nuestro. Cuando así lo hacemos, lo experimentado es una bella oportunidad para descubrir, comprender, aprender, desaprender, perdonar, amar y/o crecer. De lo contrario estaremos en pelea y anclados a experiencias que no queremos.
Lo que resistimos persiste, lo que agradecemos nos eleva. Cuando agradecemos las experiencias y confiamos que el resultado obtenido es para nuestro máximo bienestar, avanzamos a nuestro siguiente nivel, porque de hecho cada acontecimiento que nos pasa es lo perfecto para movernos hacia un nivel más elevado de ser.
Sin importar cuanto planees o cuán seguro estés de algo, te animo a darle la bienvenida a todo lo que te suceda y a reconocer que si sucede, cumple con un profundo propósito, -aunque en un principio no lo comprendas-. De esta manera cada experiencia la vuelves a tu favor y a favor de aquellos involucrados. Nada sucede sin darte la oportunidad de producir un beneficio para ti.
Lo cierto es que en cualquier momento cualquier cosa puede pasar. Y abrirnos a esta certeza es abrazar y aceptar lo que es como es en lugar de resistirnos a ello. Lo desconocido, los cambios, las fluctuaciones, los altibajos y lo inesperado, forman parte de la vida. Los contrastes nos ayudan a saber lo que queremos.
Es nuestra manera de percibir la que determina lo percibido, en otras palabras, según como miramos algo, así es. Si consideramos que alguien nos ha dañado, nos vemos como víctima. Si creemos que somos malos, nos vemos como tal. Si nos vemos como un co-creador y un co-participe de nuestras experiencias, eso es lo que somos. Si percibimos cada acontecimiento de nuestra vida como un regalo, veremos bendiciones. Si por el contrario consideramos los acontecimientos como tragedias, estaremos invadidos por el dolor y la tristeza.
Estar dispuestos a integrar todo lo que nos sucede incluyendo lo no esperado es volverlo a favor nuestro. Cuando así lo hacemos, lo experimentado es una bella oportunidad para descubrir, comprender, aprender, desaprender, perdonar, amar y/o crecer. De lo contrario estaremos en pelea y anclados a experiencias que no queremos.
Lo que resistimos persiste, lo que agradecemos nos eleva. Cuando agradecemos las experiencias y confiamos que el resultado obtenido es para nuestro máximo bienestar, avanzamos a nuestro siguiente nivel, porque de hecho cada acontecimiento que nos pasa es lo perfecto para movernos hacia un nivel más elevado de ser.
Sin importar cuanto planees o cuán seguro estés de algo, te animo a darle la bienvenida a todo lo que te suceda y a reconocer que si sucede, cumple con un profundo propósito, -aunque en un principio no lo comprendas-. De esta manera cada experiencia la vuelves a tu favor y a favor de aquellos involucrados. Nada sucede sin darte la oportunidad de producir un beneficio para ti.
Mis mejores deseos,







0 comentarios:
Publicar un comentario